De Sol Acosta Puertas, colaboradora en contarenbreve.
Como en las guerras, nuestros *confinados* movimientos quedan controlados mientras bolsillos privilegiados alojan *salvoconductos* con renegridos dobleces
Como en las guerras, la gente empieza a pasar hambre entonando silenciosas *nanas a la cebolla*
Surgen reuniones *clandestinas*, como en las guerras, al igual que se vuelve clandestina la economía sumergida, sumergida en un mar de lágrimas
Nuestras *embozadas bocas* no se permiten expresar cariño y, como en las guerras, todo está enrarecido y prima el color gris
Como en las guerras, los pilares de la sociedad, *investigación, educación y sanidad*, cojean considerablemente, tanto que no llevan bastón porque no hay quien se los prescriba
Mientras, *los que mandan* y los que quieren mandar, como siempre, no se ponen de acuerdo y *guerrean* en un “lavado de manos” eterno
Pero, no se preocupen que esto no es una guerra y como todas las NO GUERRAS *pasará* porque “todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar...”