La suciedad avanzaba sin remedio. Los días estaban teñidos de decadencia. A la espera le faltaba ilusión. Cansancio y un estar desesperado era el signo de los tiempos. Los ricos crecían en su opulencia repartiendo miserias entre los cada vez más pobres. La mirada del pequeño Andrés hizo llorar a su padre. La dignidad se la comió el miedo y el miedo era el alimento que día a día los nutría en ese desierto de humanidad vencida.
martes, 18 de marzo de 2014
domingo, 2 de marzo de 2014
In memoriam
Por un amigo;
Él era un gran tertuliador, ocurrente hasta el extremo, con una increíble capacidad para hacer grandes los detalles mas insignificantes y elevarlos a la categoría de relevantes. Con su pose de señorito sevillano 'de toda la vida', escondía en su mochila todo un repertorio de dichos populares y saberes ancestrales aprehendidos en su dilatada carrera vital.
Recuerdo vívidamente, y esa conversación me inspira estas lineas, un día en el que se revelaba contra el uso y abuso de la palabra "tolerancia", cómo muchos la enarbolaban como bandera, sin saber siquiera su significado real y comparándolos a los de misa diaria y palmadas en el pecho… pero a la hora de ayudar al prójimo próximo se escabullen y cruzan de acera agachando la cabeza...
Por ti y por todos los que pasaron por mi vida dejando huella, gracias.
De Maica González Serrano.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)