Desde el otro lado del planeta compruebo con desesperanza como el hombre es un lobo para el hombre. No imaginé que recaeríamos en otro genocidio tan desmesurado. Aquí, los ojos de los niños acumulan siglos de tristeza y mis manos, sin soluciones, sólo ofrecen una pizca de calor y ante sus miedos, un retazo de ternura. Cada noche en este vasto solar busco una extrañeza de suerte que haga florecer humanidad y esperanzas. Pero sé que rompiendo el silencio del sueño atronarán misiles crucero mientras que allá, la imagen de esta sangre derramada será indolente.
martes, 17 de mayo de 2016
miércoles, 11 de mayo de 2016
La desmemoria asesina
A veces no sabía si el pez había comido. Cogía el bote de alimento preparado y repartía pizcas de esas diminutas hojillas de colores. La pequeña carpa aceleraba su subida para atrapar con su boca de O las escamitas esparcidas por la pecera. La desmemoria de su dueño era la mejor aliada de aquel pez común; había días que comía dos veces. Los sábados tocaba limpieza; como una liturgia repetida, él, tomaba temblorosamente el recipiente y ya en el lavabo, tiraba, dejando un dedo de agua, toda la suciedad. Ese día, se miró al espejo y el tiempo se detuvo... perdido navegó por un abismo de olvido. ¿Quién era, qué hacía allí? Un eterno porqué lo atravesó. Pasados unos minutos volvió. Todo tomó sentido, pero el pez anaranjado yacía en el frío y blanco lavabo. La desmemoria le jugó una última y trágica mala pasada.
martes, 10 de mayo de 2016
domingo, 1 de mayo de 2016
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