"Siempre me ilusionó idear cómo aprovechar lo que ya parecía inerte, quizá por el simple placer de hacerlo de nuevo útil o por sentirme útil haciéndolo..."
Escrito por Sol Acosta Puertas, colaboradora
Dicen que pesa 250 gramos, el del hombre un poco más, sabes que siempre me gustó arreglar, restaurar, aprovechar lo desechado, darle vida a lo desahuciado, ¡tú lo sabes...!, Siempre me ilusionó idear cómo aprovechar lo que ya parecía inerte, quizá por el simple placer de hacerlo de nuevo útil o por sentirme útil haciéndolo, ¡dime que lo harás! ¡dime que podré hacerlo de nuevo!. Le cogió fuertemente la mano temblorosa sin capacidad alguna de emitir palabra pero dejando un SÍ sin aliento en el aire desangelado de aquella habitación y al día siguiente la vida se abrió paso a través de un corazón que latía con la fuerza que su dueña primigenia había dejado en él a la espera de que el son de un nuevo latido lo impregnara de vida, de nuevos sueños y de un gran sueño cumplido...