Era optimista por naturaleza pero en los últimos días un ánimo frío, casi glacial, lo tenía pegado a la desidia. Como una pegajosa telaraña, el inmovilismo trabajaba como un amortiguador de las horas. En tanto, el reloj hacía su función acostumbradamente, sin sobresaltos. La cotidiana manera de vivir no permitía entrada alguna a partículas de sorpresa. ¿En eso consistía vivir? Cuestión sin resolver, no había respuesta.
jueves, 28 de abril de 2016
lunes, 25 de abril de 2016
Sándwich, cine y soledad
A su lado, Ari, su mayestática gata se lamiaba una y otra vez con su acostumbrada pulcritud. La tarde había caído de repente, en un abrir y cerrar de ojos, al tiempo que había saboreado el último café. La casa en orden, los libros dispuestos sobre la mesa por orden de interés y sonando al fondo el programa de radio que rara vez dejaba de escuchar. "Esta noche cenaremos un sándwich de salmón y veremos una de esas viejas películas antes de que nos rinda el sueño", sentenció Esther. Entonces, los ojos de Ari se volvieron hacia su reumática dueña, relamiéndose el hocico dando a entender a la sexagenaria ama lo mucho que le gustaba la propuesta. Sándwich, cine y la bien creada soledad. No hacía falta nada más para continuar con la inalterable convivencia.
lunes, 18 de abril de 2016
Sólo es un hasta pronto
Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar cuando la última luz del sol deje la escena y se entregue a otra eterna noche bajo este frío mar que tantas veces nos abrazó. Abandona entonces este incómodo mirador desde donde puse fin al circo de días repletos de impostores payasos. Luego, imprégnate del olor a vida que da el mar y besa el valiente aire de Levante. Haz de saber que yo estaré tras él. Queda tranquilo y no olvides nuestra cita. Esparce con fuerza también la tristeza. Recuerda: mi fuga sólo es un hasta pronto.
miércoles, 13 de abril de 2016
Enésima oportunidad
No huyas de mis besos que lloran a escondida cuando sales dando un portazo. No dejes cerrado el baúl de tu corazón que mis manos tienen frío por la ausencia de tu piel. No me hables con silencios que están sordos mis ojos al ver tus huidas. Regálame tan sólo un minuto de paciencia para explicarte que la historia de mi vida está escrita por ti. Ayuda a recomponer el puzzle de nuestra rotura y regalémonos la enésima oportunidad para seguir atravesando esta impertinente escalera de trampas y paraísos prestados.
lunes, 11 de abril de 2016
Leerte es caótico
"Escupes palabras y las escribes directamente como se te ocurren. No hay ni un sólo sujeto. Leerte es caótico". Aquella anotación encapotó la soleada mañana de enero. Pensar en otra lengua que no fuese la que adquirió de pequeño era imposible. Él que había presumido de inteligencia múltiple y de inagotables habilidades para el aprendizaje, era incapaz de manejar la gramática inglesa. Recogió los folios, cerró el libro, miró por última vez la hora y se despidió sin más del grupo de clase. Bajados seis escalones, recapacitó. Volvió a mirar la corrección y tras leer las letras simétricas y estiradas de la profesora, corrió a buscarla. Ella estaba allí con su coraza de docente imperturbable y con aquel ímpetu de mujer segura que tanto lo inquietaba. Tiró la hoja sobre la mesa y ver de nuevo en indeleble tinta eso de "Escupes palabras..." lo encendió. Ella tomó con arrogancia la prueba corregida y mirándole fijamente le preguntó; ¿algún problema? Tomás se lanzó hacia aquella mirada honda e infinita y la besó. Desde entonces, cada mañana, en el espejo donde Inés clava su primera mirada color miel, hay una ortodoxa y romántica nota escrita en perfecto Inglés.
jueves, 7 de abril de 2016
La mujer de su vida
Aquel collar de ámbar estaba sobre el viejo mapa que el abuelo consultaba cada día para no olvidar las rutas que había atravesado con su viejo camión. Él, había trazado numerosas líneas como una constelación única en su memoria. La Puebla, Algarbia, Lula, Amura, Morón, Palencia, Pimiango un sin fin de pequeñas ciudades a las que acudía a vender todo un mundo de cacharrería.
Abuelo, ¿de quién es ese collar? le pregunté.
Mi viejo abuelo me miró y con una lágrima en su rostro contestó: de la mujer de mi vida.
lunes, 4 de abril de 2016
La isla
La isla contaba con una limitada playa, vegetación de no demasiada altura, árboles exóticos y varias palmeras idílicas amén de miles de insectos altamente voraces que lo mortificaban con insistente avidez por succionar cada palmo de su piel. Despertó tras una extraña sensación de haber dormido más de lo normal. Salió a navegar con una buena amiga, compañera de trabajo y amante esporádica. Quiso impresionarla. Viajaron hasta aquel islote pequeño, romántico y perdido. Quería fascinarla con aquella imagen real e igual a la que ilustran portadas de lujosas revistas de viajes. Bajaron con varias botellas de champán bien frío y una extensa toalla donde tender los cuerpos que ajenos a la fina y blanca arena se entregarían al roce frenético del sexo bajo los cálidos tonos del ocaso.
¿Sería una broma? Por delante, un plano casi de ojo de pez y en el centro, él, una diminuta figura clavada en el olvido. Tras un temblor de piernas, cedió y sentado en la arena avistó un interminable horizonte de océano más infinito que nunca y sintió el miedo de la soledad no deseada.
¿Sería una broma? Por delante, un plano casi de ojo de pez y en el centro, él, una diminuta figura clavada en el olvido. Tras un temblor de piernas, cedió y sentado en la arena avistó un interminable horizonte de océano más infinito que nunca y sintió el miedo de la soledad no deseada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)