He olvidado recordarte.
He olvidado que en el trece encontraría la casa de la infancia.
Olvidé recomponer el mapa de nuestros afectos.
Busco tu olor por las esquinas,
en el papel en blanco de las historias.
Recordar el tacto de tus manos allá por las últimas horas
me ocupa en la vigilia.
No es suficiente, nunca basta la búsqueda.
El recuerdo alimenta, enciende y traza puentes de memoria
por los que transitar hacia tu abrazo.