están las que se cierran para abrir otras
y las hay infranqueables al otro lado
de los sueños.
Mis puertas esperan, lentamente,
caer en el sopor del verano
y oyen las risas de los días gastados,
los olores jóvenes y sienten la elasticidad
de aquella piel hoy tejida.
Hay puertas guardianas
de aquella piel hoy tejida.
Hay puertas guardianas
que no permiten liberar errores viejos,
puertas obtusas, puertas testarudas
que atesoran tras de si emociones ausentes.