¡Maldita sea la fortuna! !Mala sombra le cobije y arrastre su desgracia por el infierno! -Gritaba en la soledad de la noche-. Farfullando lamentaciones y dando patadas a latas vacías, a ratas inmundas. Mientras avanzaba por la avenida solitaria y anaranjada. Miraba hacía atrás huyendo, buscaba cobijo y se escondia de su propia cobardia.
Paró en seco. Meditó mirando al cielo y retrocedió sobre sus pasos. La cabeza erguida sobre los hombros rectos. Contaba los pasos que le faltaban para llegar a su hogar, a su oscuro hogar, al tercer banco del parque de la calle O'Donnel, al lado de la única farola que aún perduraba... Y es qué la oscuridad era su más feroz enemigo desde hacia ya demasiado tiempo... Sin un sol de referencia cruzando su noche no encontraría las fuerzas para entornar los ojos.
Un microrrelato de Maica González Serrano.
Un microrrelato de Maica González Serrano.